En 1973, Richard O'brien escribe The Rocky Horror Show, un musical sobre una pareja de estudiantes nerds que llegan a un castillo donde se celebra una convención de travestis venidos del planeta Transexual en la galaxia Transylvania. El anfitrión del lugar es Frank-N-Furter, un científico travesti que, en un experimento, ha creado a un hombre, llamado Rocky, para su propia satisfacción, para que sea su amante. De ahí en adelante muchas cosas pasan en el castillo, en un juego en que la sexualidad es desarmada y reorganizada.
En 1975, se hace la adaptación para cine; The Rocky Horror Picture Show (RHPS) se convierte en una película de culto. Con el tiempo, en las distintas presentaciones empieza a convertirse en un verdadero show pues los espectadores comienzan a interpretar las escenas al tiempo que van viendo la película, imitan a los personajes, se visten como ellos, se burlan, lanzan madrazos. Todo un show liberador e incitante. Eso es lo que ha logrado el musical y la película. Los travestis vienen del planeta Transexual en la galaxia Transylvania, y los demás, ¿de qué planeta venimos? Al show puede entrar todo el mundo, no importa de qué planeta venga; el único requisito es atreverse a ser lo que a uno se le de la gana.
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